El Festival de San Sebastián dedicará en su 59 edición una retrospectiva completa de la obra del cineasta francés Jacques Demy (Pontchâteau, 1931- París, 1990), un nombre clave del cine francés y uno de los grandes renovadores del género musical. Aunque vinculado en un principio a los jóvenes realizadores de la nouvelle vague, la obra de Demy terminó siendo tan singular y difícilmente clasificable que siguió un camino propio y absolutamente personal. Su original planteamiento de un “cine cantado” y su exquisito sentido de la dirección artística operó siempre a espaldas de cualquier moda o tendencia del cine del momento.
Demy estudió Bellas Artes y se inició en el cine de animación como ayudante de Paul Grimault. Tras dirigir varios cortos, Demy debutó en el campo de largometraje con la primera de sus grandes películas, Lola (1961), un título emblemático de la nouvelle vague francesa. Su talento se reafirma en su melodrama ambientado en el mundo del juego La baie des anges (La bahía de los ángeles, 1963). Sin embargo, será su tercera película la que adquiera verdadera repercusión en todo el mundo y establezca de manera contundente su singular visión del cine: Les parapluies de Cherbourg (Los paraguas de Cherburgo, 1964) le valió la Palma de Oro en el Festival de Cannes y una nominación al Oscar a la Mejor Película Extranjera. La pasión de Demy por el musical encontraría una prolongación en su delicioso homenaje al cine de Hollywood Les demoiselles de Rochefort (Las señoritas de Rochefort, 1967). En sus siguientes trabajos, Demy continuaría explorando su excéntrico sentido de la estética y la narrativa cinematográfica: Model Shop (Estudio de modelos, 1969), Peau d’âne (Piel de asno, 1970) o Une chambre en ville (Una habitación en la ciudad, 1982), entre otros.
La retrospectiva incluye todos los largometrajes de Demy, además de varios de sus cortometrajes. Además, tres documentales dirigidos por la que fuera su esposa, Agnès Varda, completan el ciclo y ayudan a conocer mejor su figura y su filmografía.
Para presentar el ciclo en San Sebastián asistirán la directora Agnès Varda; su hijo, el actor y director Mathieu Demy, cuya ópera prima como director, Americano, compite este año en la Sección Oficial del Festival; y Rosalie Varda, que fue diseñadora de vestuario en algunas películas de Demy.
El ciclo se completa con una publicación sobre Jacques Demy editada en colaboración con Filmoteca Española y coordinada por Quim Casas y Ana Cristina Iriarte, con artículos firmados por Santiago Aguilar, Jordi Batlle, Jean-Pierre Berthomé, Felipe Cabrerizo, Roberto Cueto, Zigor Etxebeste, Violeta Kovacsis, José María Latorre, Carlos Losilla, Michel Marie, Inma Merino, José Enrique Monterde, Ángel Quintana, Esteve Riambau, Jonathan Rosenbaum, Sergi Sánchez y Nuria Vidal.
Este ciclo está coorganizado con Filmoteca Española y cuenta con el patrocinio de EGEDA.
El primer trabajo de Jacques Demy para el cine fue este cortometraje documental sobre un fabricante de zuecos de la localidad de La Chappelle-Basse-Mer, en el Valle del Loira. Demy filma con detalle y respeto sus quehaceres cotidianos y su pericia artesanal.
En 1957, el actor Jean Marais hizo posible que Demy conociera en persona a su admirado Jean Cocteau, cineasta, poeta, dramaturgo y pintor. Cocteau se quedó tan impresionado por la pasión y entusiasmo del joven aspirante a director que le permitió adaptar esta breve pieza teatral suya. Es el primer trabajo de ficción de Demy, donde ya demuestra su obsesión por el tema del amor y su interés por los juegos cromáticos que serán típicos en su posterior carrera.
Jean-Marie Viennay, párroco de la localidad de Ars, fue beatificado cuando se descubrió su cuerpo incorrupto en su sepulctro. Demy evoca su figura, con admirable sobriedad y evitando todo sentimentalismo, a través de la filmación de los lugares que frecuentó y los sermones que predicaba. El resultado es un retrato de su compleja personalidad: se nos muestra como un humilde servidor de Dios, como párroco exigente y como hombre santo.
Este film colectivo reunía siete episodios a cargo de populares directores de la época con el tema común de los pecados capitales. Demy se encargó del segmento dedicado a «la lujuria», un irónico divertimento protagonizado por Jean-Louis Trintignant.
El primer largometraje de Demy ya pone sobre el tapete los temas, motivos y ambientes que serán recurrentes en su filmografía: personajes atrapados en melancólicas historias de amor, su amada ciudad de Nantes como escenario, los números musicales… Anouk Aimée interpreta a Lola, uno de los personajes emblemáticos de su cine, mientras que el músico Michel Legrand inicia aquí su feliz colaboración con el cineasta.
Una turbulenta historia de amor, muy típica de Demy, que tiene como escenario los casinos de la Costa Azul. Jeanne Moreau, en su única colaboración con Demy, encarna a una mujer fatal cuya única pasión parece ser el juego que se convierte en la obsesión de un joven hastiado de su vida gris en una ciudad provinciana.
La película más popular e inolvidable de toda la filmografía de Demy, que le valió la Palma de Oro en el Festival de Cannes y le dio la fama en todo el mundo. Con la inestimable colaboración de la belleza de Catherine Deneuve y las preciosas melodías de Michel Legrand, Demy rueda el musical absoluto: una bella historia de amor donde todos los diálogos son cantados.
Tras revolucionar el género con Les parapluies de Cherbourg, Demy decidió homenajear el musical clásico de Hollywood trasplantando sus colores, canciones y danzas a la ciudad de Rochefort. Catherine Deneuve y Françoise Dorléac (hermanas en la ficción y en la vida real) lucen belleza y talento, Gene Kelly y George Chakiris son las estrellas invitadas y la música de Michel Legrand nunca fue tan alegre y luminosa.
La aventura americana de Jacques Demy: Anouk Aimée vuelve a interpretar el personaje de Lola en este relato donde es trasplantada a Estados Unidos y tiene un fugaz encuentro con un joven totalmente sumido en el espíritu de la contracultura de los 60, el pacifismo y el despiste existencial. Un fascinante choque de la estética ilusionista de Demy con la realidad política y social de los tiempos.
Demy lleva a la pantalla uno de sus cuentos preferidos de la infancia, Piel de asno de Charles Perrault. Con su actriz fetiche Catherine Deneuve y con el actor imprescindible del cine de Jean Cocteau, Jean Marais, pone en escena esta delirante fantasía pop con trasfondo incestuoso, irónicos números musicales y una clara moraleja: «Las niñas nunca se casan con sus papás».
Segunda incursión de Demy en el mundo de los cuentos de hada, esta vez con un film, (rodado en inglés y con actores británicos) acerca del mito del flautista de Hamelín. Entre sus atractivos, una Edad Media pasada por la peculiar estética del realizador y la música del cantautor folk Donovan, que protagoniza el film.
Posiblemente la película más excéntrica e inclasificable de la carrera de Demy sea esta comedia romántica con disparatada premisa argumental: la felicidad conyugal de un profesor de autoescuela y una peluquera se ve alterada cuando el marido descubre que se ha quedado embarazado. Catherine Deneuve y Marcello Mastroianni generan un sorprendente cruce entre el cine francés y la comedia italiana.
Demy fue requerido por productores japoneses para llevar a la pantalla un manga de gran éxito, La rosa de Versalles de Ryoko Ikeda. Rodada en inglés, la película le permitió al director recrear la pompa y ostentación de la Francia prerrevolucionaria y jugar con los equívocos propiciados por la androginia de su protagonista, una bella mujer que es educada como un hombre.
Una producción para televisión en la que Demy adapta una novela autobiográfica de Colette. En ella la escritora, ya en la edad madura, despierta de nuevo al amor cuando conoce a un hombre más joven. Una de las películas más olvidadas de la filmografía de Demy, una obra sorprendentemente lúcida y serena que merece una reivindicación.
Demy regresa al género musical con un proyecto totalmente a contracorriente del cine que se hacía en la década de los 80: una apasionada y trágica historia de amor que tiene como trasfondo las huelgas proletarias de 1955 en la ciudad de Nantes. Una especie de ópera moderna que es toda una declaración de principios del cineasta. La música la pone en esta ocasión Michel Colombier.
Otra de las propuestas insólitas de Jacques Demy, una película absolutamente incomprendida en su día y marcada por la pintoresca estética del momento en que se rodó: un nuevo homenaje a Jean Cocteau que toma la forma de una actualización del mito de Orfeo ambientado en el mundo del rock ochentero. En uno de sus últimos trabajos para el cine, el mítico Jean Marais (que interpretara a Orfeo para Cocteau) da ahora vida a Hades, el rey del mundo de los muertos.
Homenaje a la inmensa figura del cantante y actor Yves Montand en una curiosa mezcla de ficción y realidad. Montand se interpreta a sí mismo en una trama que tiene todos los ingredientes típicos del cine de Demy: cuando el cantante vuelve a su Marsella natal para montar un espectáculo se encontrará con equívocos, enredos y amores del pasado, todo ello sazonado con los imprescindibles números musicales.
Jacques Demy dio sus primeros pasos en el cine como ayudante del director de animación Paul Grimault. Este film es un homenaje a su trabajo a través de un recorrido por sus películas de animación. El film cuenta con la participación de Anouk Aimée.
Agnès Varda, esposa de Demy durante casi treinta años, dirige esta hermosa evocación de Jacques Demy a través del retrato de su infancia y adolescencia: la ocupación alemana, su educación sentimental con el teatro y las películas, su pasión cinéfila, sus primeros trabajos como amateur…
Agnès Varda vuelve a la ciudad de Rochefort 25 años después de que Jacques Demy rodara su mítica cinta Las señoritas de Rochefort y recupera en este documental los recuerdos y testimonios de quienes trabajaron en ella.
Un didáctico y emocionante recorrido por la obra de Jacques Demy a través de entrevistas con algunos de sus colaboradores, fragmentos de sus películas y filmaciones domésticas realizadas por la propia Agnès Varda